Título Original: G-Men vs. The Black Dragon
Dirección: Spencer Gordon Bennet, William Witney
Año de Producción: 1943
Productora: Republic Pictures
Reparto: Rod Cameron, Roland Got, Constance Worth, Nino Pipitone, Maxine Doyle
Nacionalidad: 
Género: Serie TV. Película de episodios | Acción. Aventuras. Drama
Una vez visualizado el serieal G-MEN CONTRA EL DRAGÓN NEGRO, diría que está entre los mejores seriales que he visto hasta la fecha. Es cierto que no tiene un héroe protagonista realmente memorable, como LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN MARVEL, ni un villano protagonista, como el MISTERIOSO DOCTOR SATÁN.
Pero como la mayoría de los seriales de Republic Pictures dirigidos o codirigidos por William Witney, G-MEN ofrece una gran variedad de escenarios de acción bien montados, algunos de los cuales están agradablemente rodados en exteriores en lugar de en platós de estudio.
Durante el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, el G-Man Rex Bennett (Rod Cameron) es asignado para dar caza a una banda de asesinos de la infame sociedad de espionaje Dragón Negro. Esta sociedad de espías está empeñada en cometer actos de sabotaje, dirigidos por su cerebro Oyama Haruchi (Nino Pepitone), que ha entrado de contrabando en EE.UU. dentro de una caja de momias.
A lo largo de los 15 episodios del serial, Bennett cuenta con la ayuda de una ingeniosa y bella agente femenina Vivian Marsh (Constance Worth), a la que vemos empuñando una metralleta contra unos matones y de un asiático llamado Chang Sing (Roland Got), aunque este último personaje no hace gran cosa después de los primeros capítulos.
Es posible que se introdujera en gran medida para recordar al público estadounidense de la época, que no todos los asiáticos eran iguales a los enemigos japoneses de la nación. Aunque el capítulo inicial de la serie no se hace ningún favor ante los ojos americanos al titularse «El peligro amarillo».
Dicho esto, en contraste con algunas de las películas bélicas más notorias -sobre todo el primer serial de BATMAN, estrenado el mismo año-, no hay desprecio racial hacia los japoneses, aunque Haruchi no está interpretado por un asiático (a diferencia del agente chino antes mencionado) y sus principales sirvientes son caucásicos.
En todo caso, los Dragones Negros parecen un grupo bastante formidable, y en un episodio el corpulento Bennett tiene una larga lucha con un agente enemigo más pequeño, que iguala la diferencia de tamaño con movimientos de judo. En cuanto a los trucos, Haruchi se sirve de varios, un dragón negro utiliza un bolígrafo lleno de gas noqueador para aturdir a un guardia.
Otro de sus agentes emplea a un cuervo amaestrado cuyas garras han sido envenenadas para deshacerse de otro guardia. Debo destacar una de las trampas mortales del serial, no porque sea asombrosa, sino porque es una reminiscencia de la época de los seriales mudos: Los hombres de Haruchi atan a la agente Vivian a un artilugio parecido a un aserradero y amenazan con partir su precioso cuerpo por la mitad.
Sin embargo, Haruchi también monta su propia trampa más ingeniosa en uno de sus escondites: una «máquina infernal» programada con un temporizador para que, en un momento determinado, dispare una lanza de metal para empalar a una víctima atada.
Cameron está bastante bien como héroe de mentalidad práctica y mandíbula granítica, Constance Worth ya me gano en China Passage y Boston Blackie Goes Hollywood, aquí le proporciona un buen apoyo a Rex Bennett. Sin embargo, el personaje del villano espía Haruchi (Nino Pipitone) más bien es monótono, su interpretación no demuestra que intentara emular el sonido de un japonés hablando en inglés.
En mi opinión no deberías ignorar este serial de Republic, pues es fuerte en términos de puñetazos y tiroteos, aunque tiene un poco más de éxito en términos de estilo.
¡Te espera una bonita velada!
– One comment from Crisi –
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