Título original: Belle of the Nineties (Bella de los noventa)
Año: 1934
País: Estados Unidos
Director: Leo McCarey
Guión: Mae West
Música: Howard Jackson, John Leipold, Tom Satterfield
Fotografía: Karl Struss (B&W)
Reparto
Mae West, Roger Pryo, Johnny Mack Brown, Katherine DeMille, John Miljan, James Donlan, Stuart Holmes, Harry Woods, Edward Gargan, Libby Taylor, Frederick Burton, Augusta Anderson, Benny Baker, Morrie Cohan, Warren Hymer, Tyler Brooke, Duke Ellington
Productora: Paramount Pictures
Género: Drama, Comedia romántica
COMENTARIO
(Reina del Pópulo)
Puede que Mae West no fuera una buena actriz, puede que sus maneras de chula cabaretera no fueran las más apropiadas, hasta puede que sus andares fuerán como los de un pato mareado. Pero a pesar de todo la historia nos habla de una leyenda del cine, Mae West fue la Yahbé de la provocación, el azote de la troika (Código Hays), pero sobre todo arte en estado puro, hasta Dalí se recreo con ella en uno de sus cuadros. En apenas 6 o 7 películas protagonizadas, Mae West se convirtió en una de las quintaesencias del Séptimo Arte.
Belle of the Nineties (Bella de los noventa) (No es pecado) del año 1934 es una de ellas, la película se hizo después de la llegada del Código Hays (de hecho el film se prologó con una nota al respecto). «Todavía se ve un cierto contenido subido de tono, en los trajes de Mae se aprecia claramente la definición de sus pechos, en cuanto al diálogo resulta un tanto provocador y sus personajes masculinos se ven con múltiples amantes». La pelícila en su origen se dice que era mucho más subida de tono que sus primeras películas, y más espectacular que las dos primeras que Mae había protagonizado.
Bella de los noventa costó más que las anteriores, pero cosechó un beneficio enorme, la historia fue escrita por Mae West, aunque la troika (Codigo Hays) chasqueó sus tijeras en algunas de sus mejores frases. Bella de los noventa cuenta los avatares de Ruby Carter (Mae West), una estrella con una magnífica figura que encuentra en su camino muchas relaciones lucrativas, pero ella no es nada tonta. A lo largo de sus enredos con los hombres, Ruby vive una intensa relación con un boxeador tramposo (Roger Pryor) y un acaudalado hombre (Johnny Mack Brown), que nunca pierde de vista su identidad.
La música de la película fue realizada por Duke Ellington y su orquesta, se dice que los números musicales son los mejores que Mae realizó a lo largo de su carrera. La película también ofrece un vistazo poco común sobre el arte escénico del siglo XIX , donde una espectacular Mae West culmina posando vestida de Estatua de la Libertad. Bella de los noventa es sin duda el resultado de un cine convertido en arte, que ni sus más de 60 años ni la tijera de la troika (Código Hays), han podido borrar el más mínimo detalle de su esplendor y glamour.
¡Cita obligada para incondicionles de la reina del Pre-Code!
Idioma original: Inglés | Subtitulos: Español
Tamaño archivo descomprimido: 699 mb
Comedia sureña, ambientada en la última década del siglo XIX. Ruby Carter, una despampanante e ingeniosa cantante de vodevil, con inconfundible aspecto de vampiresa y permanentemente asediada por sus admiradores, duda si entregarse al hombre que parece amarla de verdad, un boxeador y exconvicto, o dejarse sucumbir por la riqueza de otro pretendiente, el turbio propietario de un teatro en Nueva Orleans.
La tercera película protagonizada por la mítica y taquillera Mae West, sencilla, pero afilada y chispeante, que supuso en su día todo un sonoro escándalo, y que consiguió burlar, aunque sólo en parte, el férreo filtro censor que suponía el «Código Hays». Y decimos que sólo en parte porque, para empezar, los censores de Hollywood rechazaron el guión en su integridad y animaron a la Paramount a que abandonasen por completo el proyecto, alegando que era «vulgar y altamente ofensivo», así como una «glorificación de la prostitución y del crimen violento sin ningún tipo de valores morales compensatorios».
Entendían los censores que el personaje que protagonizaría Mae West «expone todos los hábitos y todas las costumbres de una prostituta, pues es cómplice en el funcionamiento de una casa de juegos ilegal, droga a un boxeador, roba a su jefe, incendia el local a propósito y, al final, se marcha tan tranquila… con su amante ilícito, que es un criminal redomado, un ladrón, un asesino».
Pero, con la profunda crisis económica que se vivía por aquellos años, y a la que el mundo del cine no era ajeno, los estudios cinematográficos no estaban como para abandonar proyectos potencialmente lucrativos, y decidieron ponerlo en marcha con o sin el consentimiento censor. Incluso llegó a ser promocionada a bombo y platillo en Broadway, en medio de un ambiente tenso. Pero junto a las grandes vallas anunciadoras de «No es pecado», sacerdotes católicos colocaron carteles que decían «Sí lo es».
Finalmente, ante el cúmulo de presiones, la Paramount cedió y aceptó perpetrar importantes cambios en el guión para convertir, hasta donde fuese posible, a la protagonista en una mujer decente. Para ello le fueron eliminadas todas las referencias a su pasado, a su complicidad con el malvado propietario sureño, y le dulcificaron el final llegando incluso a casarla, en una ceremonia civil, con el boxeador. Sólo así la oficina censora acabó por aprobarla y la película fue estrenada en la Costa Este.
Pero no acabarían ahí sus problemas, pues fue condenada inmediatamente por la «Legión de la Decencia» de Chicago, a la que se unieron grupos de mujeres y otras asociaciones conservadoras, todas ellas vociferantes y empeñadísimas en que la gente no acudiera a ver tan repudiable filme.
El escándalo que se organizó influyó en que inicialmente fuese prohibida por el Consejo de Censura de Nueva York, que, tras diversos dimes y diretes, finalmente permitió su estreno a condición de cambiarle el título It Ain´t No Sin —«No es pecado»— por el más inofensivo de Belle of the Nineties —la «Bella» o «reina de los noventa»—.
La película, en fin, se estrenó en las salas neoyorquinas y el público, haciendo caso omiso a moralinas trasnochadas, las abarrotó inmediatamente. Y es que, como un año antes dijera atinadamente D. W. Fisher, propietario del cine Fiske, en Oak Grove (Louisiana), «los de la Iglesia piden a gritos películas decentes, pero todos vienen a ver a Mae West».
FUENTE: José Dueso – Las películas más polémicas de todos los tiempos
Flojo argumento, y de no ser por el morbo de ver a la simpatica Mae West, lanzando sus puyas a diestro y siniestro, y su caminar chulona , que recuerda a la chulapa de «Madri, Madri»…..pues pasaria a engrosar la lista de filmes «ni fu, ni fa», pero, como de bien nacidos es ser agradecidos, sea por el trabajo de subirla, doy las gracias a Mdme. Morticia y al equipi DCC, por su infinita bondad al hacernos participes de esta y tantas otras rarezas del pasado, que sin su valiosisima aportacion no nos seria posible disfrutar el mundo fantastico del cine, y como prueba un boton, esta pelicula de 1934, al fin la pude ver ahora pasados 81 años, que no es moco de pavo, y sobre el codigo «Hays», mucho ruido y pocas nueces.
estamos en y por ello las gracias son mil.
saludos un monton
algo paso que mi frase «estamos en Abril y por ello las gracias son mil, se quedo en «estamos en y por ello las gracias son mil. es solo una sencilla correccion, que segun mi modesta opinion tiene muy facil solucion..
gracias
Le agradezco el comentario, gracias pasmarin
suena algo macabro el nombre de la señora morticia epro buena persona creo no?, ojla que suban muchas mas peliculas que sean verdaderamente clasicas de pura calidad y en todas las versiones par todos los gustos, saludos amiga morticia
Realmente fantastica pelicula. Señora Morticia tu tienes la caja de Pandora llena de joyas y dia a dia nos relagas una de ellas. En un sentido grandioso de la estetica reviviendo la misma pasion de Rubens, mediante la presente se reivindica el cuerpo regordete de la mujer, mostrando toda su hermosura y que la belleza consiste en la proporcion de las formas mas que en su tamaño. Por otro lado una leccion para todas las personas que hoy en dia viven pendiente de tener un cuerpo escualido donde solo importa que sean grandes algunas partes del mismo sin tener en cuenta la proporcion con el resto.
Gracias por el aporte.
Alfredo gracias por sus comentarios, me alegro de que sea de su agrado, espero que la disfrute.