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Una Partida de Campo (1936)
(aka «Un Día en el Campo», «Una Salida al Campo», «Fiesta Campestre»)
Una familia pasa un domingo a orillas del Sena. Mientras los hombres duermen la siesta, unos jóvenes remeros invitan a la madre y a la hija a dar un paseo en barca; un paseo que se convertirá en algo más que una inocente excursión fluvial. Mediometraje de 40 minutos basado en un relato de Guy de Maupassant, en el que Renoir hace un homenaje a su padre, el pintor impresionista Pierre Auguste Renoir. Sus cuadros son mostrados en el film para suscitar una reflexión sobre las relaciones entre cine y pintura. (FILMAFFINITY)
Críticas
«Un bocado de perfección. (…) tan compacta, tan maciza y consistente que resulta imposible sospecharle las faltas.»
Oti Rodríguez Marchante: Diario ABC
«Es el mediometraje más bonito de la historia del cine. Te ries, te emociona»
Carlos Boyero: Diario El País
«Una película cuyos aspectos incompletos sólo acentúan su frescura y su espontaneidad»
J. Hoberman: The New York Times
«La verdadera genialidad de Renoir emerge en la manera en que el tono de la luz es modulado sutilmente para reflejar la profunda tristeza y el arrepentimiento de la conclusión.»
Dave Kehr: Chicago Reader
«Lo que existe de la película es impresionante en todos los aspectos, especialmente su puesta en escena (…)»
Clayton Dillard: Slant
«La película como la tenemos no es sólo sublime sino prácticamente perfecta (…) Lo completado, en algunos casos, está sobrevalorado.»
Mike D’Angelo: AV Club
«Una película de belleza exquisita y sexualidad latente (…) Es impresionante cuánta vida y comportamiento humano se puede incluir en una película tan corta»
Ruthe Stein: San Francisco Chronicle
«Quizá sea un mediometraje, pero esta adaptación magistral de una historia de Maupassant es rica en poesía y en contenido temático.»
Geoff Andrew: Time Out
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FICHA TÉCNICA …………………………………..Título original Partie de campagne
Año 1936
Duración 40 min.
País Francia
Dirección Jean Renoir
Guion Jean Renoir (basado en un relato de Guy de Maupassant)
Música Joseph Kosma
Fotografía Claude Renoir (B&W)
Reparto
Sylvia Bataille, Georges Darnoux, Jane Marken, André Gabriello, Jacques Brunius, Paul Temps, Gabrielle Fontan, Jean Renoir, Marguerite Renoir
Productora Panthéon Productions
Género Romance. Drama | Mediometraje. Siglo XIX
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Grupo_DCC
Añadida copia en Español gracias al compañero saray.alex.
OREV
(Critícas públicas de usuarios en Filmaffinity)
Archilupo / Llanes (España)
1) Lo habitual es que el cine que parte de un original literario lo desaproveche o se aparte de su sentido. En cualquier caso, que decepcione. Esta excepcional película de Renoir, basada en el relato “Una salida al campo”, de Maupassant, no sólo apura cumplidamente su valioso contenido sino que lo potencia con formidable visión cinematográfica; lo ensancha, ahonda e ilumina.
El relato es puro naturalismo, un texto sensorial, pegado al suelo, sin derivar jamás a lo especulativo. Está tejido con percepciones, deseo y palpitación.
Renoir, vitalizando cada plano, multiplica de tal forma la energía de ese microcosmos del cuento de Maupassant (el merendero campestre a la orilla del río, la excursión de la familia de comerciantes, los remeros seductores) que, aun siendo considerable la capacidad de sugerencia de sus páginas, parece un esquemático y pálido croquis junto al despliegue panteísta y sinfónico de las imágenes.
2) Entre los excursionistas las mujeres, madre e hija, son alegres, vitales; los hombres, el ferretero y su empleado y aspirante a yerno, son atontados, tarugos, groseros. En varios pasajes se comportan como el Gordo y el Flaco.
Comen y beben. Los hombres, beodos, duermen la siesta, tosen e hipan. Las mujeres no. Los remeros, con sus prendas a rayas, ponen en marcha un cortejo técnico. Una de las fugaces parejas, danzarina y riente, es simbolizada por la imitación faunesca, con pagano pífano. La otra, melancólica y tímida, por el extasiante trino del ruiseñor.
El carácter pequeñoburgués de los excursionistas queda escarnecido; la alegría de jugar y vivir, cantada; y la existencia esclavizada por las convenciones sociales, lamentada a fondo en la doliente mirada de la joven Henriette.
3) El sentido visual de Renoir exalta con plasticidad el campo, la juventud, la alegría, el río, el deseo, el amor y el erotismo, el descanso, el oxígeno, el remo y la risa… árboles, bosque, cielo, praderas, galanteo, baile, columpio y goce, todo descrito con luz desbordante, llena de cabrilleos, reflejos, contrastes, una gran profundidad de campo rematada en nubes brillantes, un paisaje de viento en los árboles y lluvia en la superficie del río, todo ello exhalando por las costuras de los fotogramas vida imperecedera.
OREV
(Critícas públicas de usuarios en Filmaffinity)
Quim Casals / Barcelona (España)
Poco divulgada y frecuentemente infravalorada por considerarla un proyecto inconcluso, Una partida de campo es, para mí, una de las mejores, si no la mejor, obra de su autor y una de las más hermosas y tristemente poéticas de la historia.
Tal vez se trata de la película impresionista por antonomasia, no tanto por las localizaciones y encuadres, que remiten de manera muy directa a los cuadros de Renoir padre, como por conseguir atrapar el gran sueño de los impresionistas: la captación de la fugacidad del tiempo, o de la vida.
Al verla nos instalamos en un idílico presente, cargado de latente sensualidad, que cristaliza en un pasaje sublime de pasión arrebatadora; pero si Kubrick con un hueso trazó la elipsis más larga del cine, Renoir con la lluvia nos trae la más desoladora, y de pronto comprendemos que todo queda, irrecuperablemente, atrás. Pero con Una partida de campo se nos ha dado la gracia de contemplar, de vivir el instante y, como en Dublineses, como en Los puentes de Madison, sentimos que un instante puede valer por toda una vida.